En este artículo te contamos cómo es el proceso para generar un modelo de liderazgo diferente en tiempos de crisis
Hablar de un modelo de liderazgo diferente es hablar de un modelo creativo, que requiere compromiso y determinación para encontrar el cauce en una organización en tiempos de crisis. De aquí parten dos cuestiones fundamentales: por un lado ¿Cuál es el proceso ideal para llevar adelante un liderazgo creativo?. Y por otro ¿Qué implica sortear una crisis?.
Empezaremos de atrás para adelante. El 2020 fue un año de cambio, incertidumbre e inestabilidad en el mundo entero, con factores económicos, climáticos, políticos y sociales que advirtieron la necesidad empresarial de abrazar el cambio y transformarse. Con la necesidad/obligación de responder a altos niveles de disrupción, miles de compañías se encuentran hoy reformulando sus estrategias, productos y servicios para mantenerse en pie de una manera productiva. Es clave para esta reformulación, observar las señales tempranas de cambio en el comportamiento de sus consumidores.
Una muestra de flexibilidad y adaptación de los gigantes, fue la que dieron las automotrices más importantes del mundo como Ford, General Motors y Tesla Motors, quienes dispusieron su capacidad productiva para fabricar respiradores artificiales y otros insumos que favorecieron a la lucha contra el Covid-19. De este modo, 2020, también representó para muchos una gran oportunidad desafiarse implementando un proceso de innovación rápida. Rápida no significa poco efectiva, por el contrario, el concepto de “agilidad” se ha convertido en uno de los más importantes para el mundo organizacional.
Según una investigación realizada por Great Place to Work® “con respuestas de 39.552 colaboradores de más de 80 organizaciones de distintos tamaños e industrias, reveló que el 27% de las empresas se encuentran trabajando con metodologías ágiles, un 43% manifiesta no estar trabajando de esta manera, mientras que un 30% desconoce si en su organización se utilizan este tipo de metodologías”. En efecto, la agilidad organizacional es la capacidad para reconocer rápidamente las oportunidades que se presentan en el mercado, readaptarse y renovarse en tiempos turbulentos y de caos. Aunque para ello es condición sine qua non, tener la mentalidad apropiada para afrontar el proceso.
Un proceso ágil implica experimentación, sin ella difícilmente surja la innovación, es sin dudas, aceptar atravesar un camino que será una provocación a la creatividad y al talento humano, que obligará a retroceder y cuestionar lo avanzado, por ello es clave iniciar este proceso con convicción, ya que deberá ser sostenido en el tiempo por los tomadores de decisiones de cada organización. Todo desarrollo de una idea disruptiva está siempre sujeta al “try and fail, but never fail to try” (intentar y fallar, pero nunca fallar en intentar). La estrategia siempre es seguir avanzando, pero no de cualquier forma, sólo a través de un modo ágil y efectivo que reduzca al mínimo posible factores de riesgos e imprevisibilidad, con metodologías de innovación que guíen el proceso de una manera estratégica para cada tipo de organización.
“Think long term, act short term” “Piensa a largo plazo, actúa a corto plazo”
En NETI partimos de la premisa que aterrizar en respuestas o soluciones estandarizadas para cada tipo de empresa representa un error grosero. Para nosotros cada proyecto es único como cada compañía. El kick off de un proyecto requiere de un análisis del estado actual de la organización y las implicancias reales del negocio y su naturaleza para construir con coherencia y sentido las acciones futuras.
Recién luego de haber construido ese análisis de la organización a través de un equipo interdisciplinario y heterogéneo que conozca las particularidades de la empresa y pueda diseñarse una vista 360 del negocio, puede iniciarse el camino hacia el cambio cultural que permitirá que surjan nuevos modelos de liderazgo.
Llamamos a esta etapa “descubrimiento” porque ayudamos a los equipos a descubrir desafíos para posteriormente co-crear las soluciones. En esta etapa se deben generar los outputs apropiados para comenzar el proceso de co-creación. Por ejemplo, un service blueprint “as it is” -como es actualmente-, que se podrá utilizar para desarrollar un correcto análisis interno y profundizar en la definición de los problemas. Lo que sigue es optimizar el back-end -hacia adentro- de los servicios en consecuencia, y evolucionar en el diseño de servicios que se quiere brindar. Siempre teniendo a los usuarios de la empresa como foco, sin importar cual sea la iniciativa. Nuestro objetivo es asegurar el éxito de proyectos innovadores, y para ello nos aventuramos al desafío de ir más allá de lo obvio y romper con el orden establecido de las cosas.
Herramientas para innovar
NETI busca proveer a las empresas de herramientas que permitan dejar capacidades instaladas para el abordaje holístico de sus problemas.
Por eso nuestro enfoque siempre parte de la capacitación, en un formato muy heterodoxo: el “learning by doing” ( aprender haciendo). De esta manera, las organizaciones solucionan problemas mientras las personas se capacitan. Les dejamos a los equipos frameworks: procesos basados en plantillas, que les permitirán estandarizar nuevas formas de trabajar y escalarlas a través de la organización. De esta manera, las nuevas habilidades se integran en el trabajo diario y, por lo tanto, se mantienen en el largo plazo.
Las metodologías ágiles, basadas en experimentación ayudan a crear servicios innovadores permitiendo generar proyectos en el corto plazo, con una visión a largo plazo, optimizando tiempos y recursos, evitando que un desafío se vuelva interminable y produzca desgaste y frustración en el equipo.
A continuación algunas preguntas que pueden surgir a las personas que están leyendo este artículo y les gustaría implementar un modelo de liderazgo ágil en su organización.
¿De qué hablamos cuando decimos “ágil”?
Nos referimos a un proceso estructurado, una metodología para desarrollar y testear ideas, que acepta que haya errores y contempla el tiempo para corregirlo.
¿Cuándo es necesario ?
Cuando se requieren innovaciones para productos y servicios
Cuando se deben resolver grandes desafíos
En caso de problemas complejos, por afectar a muchas partes interesadas o múltiples procesos.
En caso de un alto riesgo de inversión.
¿Por qué es conveniente?
Porque nos permite validar conceptos de soluciones para desarrollar o mejorar productos y servicios “maximizando el valor para el cliente” y minimizando los riesgos estratégicos al avanzar con decisiones no validadas.
Con el contexto de crisis las terminologías ágiles se vuelven parte del lenguaje corriente; ideación, innovación, producto mínimo viable, iteración. Sabemos que el lenguaje funciona como disparador, opera sobre la forma en que la gente piensa, pero lo más importante es cambiar la forma en que nos comportamos.
Las metodologías ágiles son fundamentales para que las empresas puedan ser viables en un mundo incierto. La clave para lograrlo es entender que para tener éxito, se necesita un liderazgo ágil también.